“… el bosque, el verdadero bosque, el que mejor sirve a la economía general, en el que tienen cabida misión y provecho, propietarios e industrias, leñadores y pastores, artistas y turistas, está muy lejos de ser una masa regular y compacta de árboles iguales, monótona y amorfa, el bosque es una población vegetal, pero no un ejército de árboles. En esas formas próximas al óptimo natural, cada especie se beneficia del ambiente creado por las otras, y siempre hay alguna que aprovecha lo que a los demás no les interesa; la lucha por la existencia viene así a convertirse así en una especie de colaboración y mutua ayuda que es, precisamente, la que garantiza la estabilidad.”
D. Luis Ceballos, 1945